Creo que decir que no tengo constancia para las cosas hoy, es ser muy obvio. Es algo loco, raro, por que cuando algo me emociona, al principio, mi atención se vuelca completamente a esa fuente de entretenimiento o felicidad momentánea. Se puede decir que soy un apasionado panqueque, que promete el mundo a lo que tiene enfrente en el momento, pero de un día para otro lo deja de lado como a todo lo demás.
Por que hago lo que hago?. Un día descubrí algo, me di cuenta que toda mi vida se había centrado en buscar la felicidad. El problema fue que nunca entendía porque era que siempre se me escapaba. Hasta que lo entendí. Buscaba la felicidad basada en sensaciones temporales, una buena comida, hacer bien algo, tener un buen día, comprar algo que me guste. Y descubrí que hay 2 tipos de felicidad, una temporal y una permanente. La primera está basada en sensaciones que no controlamos, dependemos de un momento o de un objeto para mantenerla y su duración no depende de nosotros. La segunda mucho más difícil de ver y de alcanzar depende de uno mismo, depende de ser quien sos, sin aparentar para buscar aceptación, depende de que vos te aceptes y te quieras. A lo que quiero llegar es que el ser feliz no depende de las cosas que creemos necesitar, sino de las cosas que queremos ignorar en nosotros. Una vez que logremos aceptarnos, no nos va a importar lo que otros piensen, y por lo tanto no vamos a vivir para mantener una opinión positiva o un estatus social, sino simplemente para disfrutar lo que somos.
Día 5 (2 de Enero 2010), Barcelona:
Como de costumbre el sueño fue más fuerte que el despertador, por lo que la mañana empezó más tarde de lo planeado (la idea era levantarse a las 8 y nos levantamos 9:30). Con sueño y un poco de mal humor por el retraso, tuvimos nuestro típico desayuno de hostel, solo que esta vez, notamos la ausencia de comida gracias a que el mexicano de la recepción se olvidó de hacer las compras.
A pesar de este comienzo la emoción aumentaba cada vez más al ver que se acercaba nuestro recorrido, originalmente la idea era la siguiente: hacer el tour para conocer el “Camp Nou” (templo del FC Barcelona), el park Güell, la sagrada Familia ambos del arquitecto Gaudí (un genio el tipo) y el barrio Gótico. Pero este recorrido tuvo, y tengo que decir que por suerte, que ser modificado ya que al llegar al estadio descubrimos 2 cosas:
- Ese mismo día había partido.
- La cola para sacar las entradas al tour era el triple de la que era para ver el partido.
La diferencia entre ambas? 20 euros, al principio no quisimos salirnos del plan del día pero luego de vagar por el museo del Barça y esperar un rato en la cola del tour, esa semillita empezó a crecer y no pudimos negar la tentación. Empezamos con miradas, luego preguntas como:
-
- ¿Cuánto estaba la entrada al partido?
- - 40 euros
- - Uff, ¿durísimo no?, es mucha guita
No lo podíamos negar los 3 queríamos ver el partido. Estanis y Fede se miraron y me miraron a pesar de saber mi respuesta OBVIA les dije: “Saben que yo quiero, fíjense ustedes si quieren”. Luego de unas pocas vueltas en la cabeza, nos encontramos en otra fila una que no sólo nos llevaría a conocer por dentro el estadio, sino que también verlo en acción. En la fila nos sentimos como en casa, un desfile de revendedores tratando de convencernos, pero no pudieron. Cuando llegamos a la boletería se nos presentó el primer obstáculo:
- “General no me quedan entradas”.
Por poco morimos al pensar que si queríamos ver el partido, tendríamos que gatillar 60 euros pero luego se escucha:
- - “Ah! No no, esperen… tengo tres, no están al lado pero cerca están”.
- - “Buenísimo”, dijimos, danos esas tres.
- - “Efectivo no, sólo tarjeta de crédito”
Los tres teníamos imágenes de nuestros padres azotándonos y dudamos, pero Estanis con una velocidad increíble sacó la tarjeta y firmó:
- - “Ustedes denme la plata, que yo ahora hablo con mi vieja, ella va a entender por qué lo hice”.
Contentos pero temerosos fuimos para un locutorio, el primero en llamar fue Estanis y luego de una corta y calma llamada salió con buenas noticias.
Ahora sí, contentos como nene en juguetería seguimos nuestro recorrido, al lado del Park Güell había un mirador, para ver la ciudad de Barcelona desde arriba, IMPACTANTE. De ahí todos los aplausos fueron para Gaudí. En el parque la emoción de Estanis se hacía notar, Fede y yo mirábamos con interés, descubriendo la obra de un genio. Luego de la recorrida al parque, fuimos para la Catedral, si “La Sagrada Familia”, para ahorrar un par de euros Fede y yo sacamos sólo la entrada y a Estanis por su pasión por Gaudí le tocó la “audio-guía” (un aparatito que con grabaciones te explicaba todo lo que necesitabas saber), al igual que en el parque, se lo apreciaba a Estanis feliz, con una sonrisa y su audio-guía y a Fede y a mí totalmente impactados por tal majestuosidad e ingenio, mezclados con arte y ciencias.
Al finalizar el recorrido, 250 fotos más tarde, nos dirigimos para el estadio. Bufanda del Barça de por medio entramos:
- - “Mira lo que es esto, es enorme, sacá fotos”
Nos decíamos. Poco a poco la gente decoró el lugar con su presencia, los fuegos artificiales y la aparición de los jugadores dieron por iniciado el espectáculo. Nos sorprendió la falta de euforia de la gente, pero nos encantaba la mística del lugar, los cantos? De la mano de un gordito con más escudos del Barça que piel en su cuerpo, la lluvia amenazó con arruinar la velada, pero no terminó de aparecer. El resultado? 1 a 1, la experiencia inolvidable.
Luego de una larga caminata y un sándwich de por medio, volvimos a la cama con los sueños cumplidos.
Redacción por: Paty
Participantes: Federico Colombo (Fede), Estanislao Otero (Estanis), Federico P. Patiño (Paty)
Día 4 (1 de Enero 2010), Barcelona:
Nuestra última noche en “Las Musas” había llegado a su fin y el general dormía flácidamente en su cama. Las pesadas mochilas (que odiamos mucho) nos lastimaron la espalda en todo el camino al aeropuerto de Barajas para dejar la ciudad que tan bien nos había recibido. Próximo destino: El aeropuerto de Barcelona.
El vuelo no fue más que una hora y quince minutos de sufrimiento. El aterrizaje en Barcelona fue de lo más jodido. Fede ya agarraba la bolsita para vomitar, Paty demostraba su capacidad de hacerse el macho y yo sacaba fotos por la ventana para no morir de un infarto.
Costó pero llegamos. Nos tomamos el “Aerobus” con destino a Plaza Catalunya. La ciudad nos sedujo desde el principio. La arquitectura de Gaudí, los edificios modernos, el mar mediterráneo que la envuelve, hace a esta ciudad un lugar nunca antes visto para estos tres argentinos.
Llegamos al Catalunya hostel, tomamos el subte que a diferencia de Madrid salió 1,40€. Ya con una cama a nuestra disposición hicimos uso de ellas, pero no por mucho tiempo, descansamos lo suficiente para ampliar nuestros horizontes pero Paty seguió durmiendo. Con Fede salimos a caminar un poco y averiguamos que no podíamos irnos de acá sin caminar por las “ramblas”, una calle típica de esta ciudad Catalana, llena de artistas callejeros (la pareja que dormía, el mago, el alien, etc.), de locales y de restaurantes. Esta calle nos llevó al puerto teniendo así nuestro primer contacto con el mediterráneo, conocimos el monumento a Colón (un genio).
El paseo fue increíble, valió la pena sin dudas, esa noche caminamos fácil 4 kilómetros por las calles de Barcelona y volvimos al hostel a reencontrarnos con esos colchones finitos del Catalunya, pero no nos importó demasiado.
Redacción por: Estanis
Participantes: Federico Colombo (Fede), Estanislao Otero (Estanis), Federico P. Patiño (Paty)
Día 3 (31 de Diciembre 2009), Madrid - Toledo:
Como todas las mañanas Fede se levantó primero, no por su capacidad o habilidad de manejar los tiempos, sino por el aroma que despedía nuestro compañero alemán, luego de una noche de diarrea líquida.
Otra vez la lluvia fue enemiga, sin embargo no arrugamos, tomamos el subte, que nos dejó dentro de la estación de colectivos. Una hora después salió el bondi. Dormimos todo el viaje, 40 min después arribamos a Toledo, una ciudad medieval, rodeada por un río y al mismo tiempo por una muralla. Situada en una especie de montaña, ubicada estratégicamente en la altura, con una idea de control y supervisión de las tierras con un sentido medieval. El recorrido fue cansador teniendo en cuenta que caminamos constantemente cuesta arriba.
La vuelta también fue aprovechada para dormir. Ya en la estación tomamos el subte hacia el Santiago Bernabéu, que estaba cerrado, sin embargo pudimos observar su bella infraestructura.
Paty y de Fede se bañaron por primera vez en Europa, dejando atrás 3 días de olor a huevo poché y algún que otro condimento. Queso, jamón y salame, 200g, 5,75 euros incluido también el pan. La previa se hizo presente, cerveza y vinos de muy mala calidad, pero muy accesibles a nuestro bolsillo. A todo esto, el general había perdido a su mejor amigo, unas ganas de abrazarlo. Hicimos muchas amistades y un lindo grupo, mezclado de muchas nacionalidades, gente muy sana que buscaba lo mismo que nosotros… pasarla bien.
“Plaza del Sol” estaba escrito en nuestras mentes, y hacia allá fuimos. Hacía años que no veía tal cantidad de gente reunida en un mismo lugar, 100, 200, 300 mil personas?, no lo sabemos, de lo único que estábamos seguros es de que estábamos pasando año nuevo en Europa, un sueño para los pibes. Se hicieron las 12 y empezó el descontrol, uvas y vinos, mujeres y hombres… kilomboo!
Salimos de la plaza, entre idas y vueltas buscando un buen bar, perdimos a todos y quedamos los 3. Unos gallegos muy copados fueron participantes de nuestra noche, nos cagamos de risa. Terminamos en un bar controlado por argentinos, con música copada y gente también, alemanas y gallegas. Conocimos a nuestras madres españolas, muy copadas, de Mallorca. Nos invitaron a visitarlas. Vamos a ir? Más adelante por que no?
La noche fue una maravilla, de las mejores de nuestras vidas. Año nuevo + Paty + Estanis + Fede = UN SUEÑO.
Redacción por: Fede
Participantes: Federico Colombo (Fede), Estanislao Otero (Estanis), Federico P. Patiño (Paty)
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